Una banda emergente a la que le ha llegado su hora con la publicación de su segundo trabajo, Entrar a matar (Entrebotones 2017), un disco en el que la manida declaración de intenciones cobra más sentido que nunca.
Buen gusto a la hora de hacer grandes medios tiempos, canciones emocionantes y con empaque. Un sonido evidentemente americano, que en ningún momento cae en la petulancia de lo que conocemos como ‘americana’ sino que encuentra su acomodo en la traducción natural que solemos hacer de ese lenguaje en nuestro país.
Estos chavales lo parten. Punto. Fin de la cita.