
Siguiendo con los melómanos actos del 30 aniversario la familia Poplacara volvió a hacer piña arrimando el hombro con La abuela rock para degustar una de las delicatessen indies patrias más prometedoras y que van pegando cada vez más fuerte: los mallorquines The Prussians, muchachada excelente y de talentazo constatado.
En un bolo memorable y al que no le faltó de nada Dominic, Gabriel, Jorge, Tino y Ferchu se fueron soltando en un crescendo efervescente contagioso para mostrar y exprimir todo su buen hacer e intensidad.
Tirando de un setlist eficientísimo (versión angloaustraliana muy surfera y regalo de una nueva composición incluidas) el grupazo isleño fue recorriendo su exitoso y brillante debut disquero en largo para ir flasheando la noche con alargues guitarropedaleados a la altura de bandas tan grandes como sus atractivas influencias.
Cancionzacas como The place, Last call (todo un gustazo sentir en directo su cambio de ritmo rompecinturas y su subida demoledora), Games o A stone fueron saciando sonoridades y consolidando la juerga. Uno de los momentazos de la noche fue cuando su frontman al estilo del nuevo rollo de El Columpio Asesino se marcó la penúltima (aún quedaba el apoteósico truco final) arrancándose con las baquetas.
Comparado con Keith Richards no he estado en tantos conciertos pero no me puedo quejar. No es ningún topicazo y los que tuvimos el privilegio lo sabemos: Los Prussians estaban en su salsa y más a gusto que nunca.
En contadas ocasiones se ve a una formación tan cómoda y receptiva sobre las tablas. Y debajo de ellas: conforme avanzaba la cosa irían descendiendo del escenario y fundiéndose con el respetable el tríptico guitarrero prusiano para gozarlo saltones y bailongos con la primera y con todas las filas, había muchas ganas de pasárselo bien y se superaron todas las expectativas. Tal era el clima y el caldo de cultivo sónico imperantes que dulces y sorprendentes se marcaron un bis mítico viajando en un temazo extra dónde se fueron sumando instrumentos junto a la fiesta pura y dura.
Mul mul y sus creadores van pidiendo a gritos petarlo en un festival grande. El contexto no puede ser más proclive. El duende andaluz surfeó cada milímetro y la actuación prusiana ya forma parte de la élite histórica musical de la ciudad y extensos alrededores de tan bellas tierras sureñas. Sencillamente GRACIAS chavales, a seguir creando y petándolo, paladeando vuestras merecidas sensaciones y reconocimiento cómo si no hubiera mañana.
Lugar: Local de La abuela rock
Ciudad: Montilla (Córboba)
Fecha: sábado 31 enero 2015