
El francés más intratable y tóxico de todo el planeta Tierra está de regreso. Se publica ahora la segunda entrega de Globe, un serial donde The Toxic Avenger viene expresándose desde finales del 2016. La 3ª entrega verá la luz el próximo mes de noviembre.
Aunque Globe Vol. 2 arranca sacando pecho en los bajos y con una pegada electroide, este nuevo trabajo discográfico de Simon Delacroix es un tributo a su pasión por los sintes analógicos, el chill-pop y un género más reciente, pero que bebe de lo clásico, como el vaporwave (James Ferraro, Chuck Person, etc.)
La salida de este disco viene precedida de dos vídeos que el mismo "Toxic" ha filmado, creado y subido directamente en su página de Facebook: Los Angeles & Bleach. Ambos reflejan perfectamente su apego por lo retro y las subculturas.
Simon ha compuesto además la B.S.O. de la película de animación Mutafukaz (Shoujirou Nishimi, Guillaume Renard) a estrenarse a principios de 2018. No hace mucho tiempo participó en la cinta también francesa Comment c’est loin (de Orelsan y Gringe).
Es muy curioso como el propio Simon Delacroix nos vende sus actuales derroteros musicales: «Desde Daft Punk en su 1er álbum a Sufjan Stevens… pasando por Gang of Four o M.I.A. » Un entramado de soniquetes sintéticos y beats espaciales no exentos de alma, melodía y un tinte soñador de chill-pop. En este nuevo disco vamos a toparnos con singles como Around the Globe o Thieves, donde la velocidad y el electro corre por las venas. Ambos llevan esa distintiva aura eléctrica y espectral de Toxic. Escalofríos y baile.
Por otra parte ese single ya mencionado, Los Angeles. Fascinante y adictivo. Seduce por su bondad con las melodías sintetizadas, el tempo pausado pero engañoso y esos cortes vocales que son como sollozos. Algo que percibiremos en este Globe Vol.2 es su evolución hacia ese subgénero nacido hará unos 7 años denominado vaporwave. Lo podremos percibir sobretodo en canciones como Always the Same o I Never Knew. Funk fundido con New Age y viceversa. Además, sonidos orgánicos que se entremezclan con beats delicados.
Finalmente la guinda: Bleach. Pieza en la que Simon juega con lo amargo y lo dulce. Puede recordarnos a temas brillantes suyos como el ya mítico Angst.